Salimos de Hong Kong en un vuelo de 5 horas hasta Jakarta, la capital de Indonesia. Es la magia de este viaje, si no nos gusta un sitio pues nos vamos, y a otra cosa mariposa. Llegamos a las 11 de la noche, así que habíamos buscado por internet un hotel cerca del aeropuerto que nos vino a esperar con cartelito con nuestro nombre incluido, que gozada!!!! como que me sentí yo importante y todo jeje. El hotel costaba 40 euros, algo que se pasa bastante de nuestro presupuesto pero las circunstancias no nos dieron otra opción. Pero era fantástico, muy moderno, nuevo, con una recepción preciosa, dos piscinas, sauna... en fin que muchas cosas para nada porque a la mañana siguiente salía nuestro vuelo para Yogjakarta. Nos habían dicho que la capital no merecía mucho la pena así que preferimos irnos directamente hacia nuestro primer destino en el país.
El vuelo nos costó 18 euros con una compañía local que no habíamos oído en nuestra vida, pero funcionó bastante bien y en una hora estábamos en Yogjakarta.
Nuestra primera impresión del país fue maravillosa. Indonesia es un país musulmán e hindú y se compone de 13000 islas. Hay muchas cosas para hacer aquí y la gente es extremadamente amable. Todo el mundo te ayuda sin pedir nada a cambio, te sonríen, es increíble. No tienes más remedio que sentirte muy bien. En el aeropuerto cogimos un autobús que por 20 céntimos nos llevó hasta la zona con más vida de la ciudad. Allí me senté yo en un banquito con las maletas mientras que pablo se fue a buscar hotel. Volvió animado, con un hotel muy bonito, nuevo, con habitaciones modernas, desayuno incluido y wifi en la habitación por 20 euros la noche. Y en plena calle peatonal en una de las zonas con mas ambientito. Genial!!!! dejamos las maletas y nos fuimos a cenar. Nos metimos en un local agradable y la cena costó menos de 3 euros, con zumos naturales y postre incluido, increíble. Como habíamos visto un mosquito en la habitación y pablo es el histérico de los mosquitos, nos compramos en un supermercado un fogoelectric con sus 21 pastillas y todo, por la friolera cantidad de 60 céntimos. Ya estamos derrochando demasiado.
Esta ciudad no tiene mucho que ver. El principal atractivo son dos maravillosos templos que están a las afueras, pero dentro están el palacio del Sultán, el palacio de Agua y el mercado de los pájaros. La verdad es que el estilo de las casas y los templos de aquí es muy diferente de todo lo que habíamos visto hasta ahora, hasta de Tailandia que pensamos que sería más parecido. Nos gustó mucho el palacio porque era entero al aire libre, todas las habitaciones eran cuanto vigas y un techo, muy bonito eso si, muy decorado, muy de sultán, pero baratito y rápido de construir porque sin paredes... pero nos gustó mucho.